jueves, 19 de noviembre de 2009

Sirenita de espumas del 41 al 50


41
por la noche tronó las campanas y mis
libros zarandearon los rostros de las veredas de mis dedos
las voces de mis sentidos perdieron el control
busqué tu voz en los caminos de mi mano…
42
hoy las calles destrozadas me aceleran tu amanecer
y una palabra me dice que aún me percibes
no es locura, es mi ilusión
sí, sí, he perdido la razón, porque mis fuerzas
tiritan en tu silencio y mi voz se ahoga en tus aguas saladas
ya no estás en mi canto
siento tu aliento en mis dedos
siento que tu silencio me asfixia me ahoga
me enloquece y tus gritos me turban
estoy extasiado durmiendo en uno de tus siete mares
y bebiendo el néctar de afrodita
43
sé que mis dedos surcan los caminos de mi vida
y que tus cabellos rompen las olas de mis tormentos
sé que mañana mi voz tronará en tus oídos
y mis pinturas colgaran de tus oídos nardos de caracoles
es mi voz que encubre tu rostro y mis lamentos emanando tus sábanas
y mis cuadros colgando de las ventanas de tus párpados
a esta hora el grillo de tu voz me susurra en mis teclados
es aún más fuerte tus quejidos que bañan mi garganta
no sé cuánto tiempo durará esta orquesta cantando a tus oídos
mi voz se está apagando con el cantar del gallo
la oscuridad de mis ojos se ocultan en tus sábanas moradas del clavel de tus ojos
44
cómo no sentir el aroma de tus escamas
estamos escritos con las pepitas de Adán perdidos en el vergel
sí, estoy ebrio de tus gritos y de tus suspiros
he ingerido el trago afable de tus copas que cuelgan de las sábanas de tu cuerpo
cómo no sentir tus aromas cómo no sentir tus pecados que son míos
45
no puedo respirar me estoy asfixiando en los caminos de tu cuerpo
y los nevados de tu pecho me congelan a esta hora
siento que necesito incendiar tus cabellos y circundar tus dedos
sí, estoy desfalleciendo, cada segundo es un siglo cuando no escucho tu voz
cada repique es mi sustento
mis ojos se están despejando voy a cancelar todo por hoy
mil gracias por dejar que mis labios toquen tus oídos una vez más
46
espero que sientas mi aroma, y puedas respirar mi sed
a la hora que la soledad me cubre el cuerpo y las manos
47
hoy tus palabras parecían tenebrosas nubes provocando tempestades
dormía mi voz en el balbuceo del portátil y escuchaba el ruido de tus ojos despejando a los míos
48
tus ojos fluyen por mi espalda incendiando mi boca
cubriendo mi soledad, navego entre tus piernas
tus labios entreabiertos me esperan sonrientes
49
la asonancia de tu mutismo cubrió hoy mi soledad
tus palabras tupieron la puerta de mi silbido y el día se mostró larga
50
no debemos asfixiarnos ahora
porque tu pelo de azabache recorre los guaridas de mi calle
y tus labios transitan por los desfiladeros de mis ojos