lunes, 23 de febrero de 2009

Literatura Hebrea Bíblica



Danilo Barrón

Cuando hablamos de La Biblia nos referimos a un conjunto de libros -o rollos- y epístolas escritos por diferentes autores a través de muchos siglos que abarcaron desde el s. XV a. de C. hasta el s. I d. de C. Es por eso que cuando nos referimos a la Biblia, desde el punto de vista literario, podemos hablar de literatura bíblica.
La literatura hebrea antigua se divide en dos: la literatura canónica o bíblica y la literatura no canónica o apócrifa.
De éstas la más conocida es la literatura bíblica, puesto que la segunda es prácticamente ignorada debido a la censura religiosa que durante siglos ha pesado sobre ella.
El término de Biblia utilizado para nominar este conjunto de escrituras es solo uno de los utilizados y se oficializó en el mundo católico recién en el siglo IV d. de C. cuando Jerónimo tradujo la Vulgata (393 d. de C.) y singularizó el plural Biblía como Biblia tomándolo como Biblioteca Divina.
La palabra Biblia procede del griego Biblíos que era el plural diminutivo de Biblos, meollo del tallo de la planta del papiro de donde procedía el material para la escritura.

Los cánones
La palabra canon proviene del griego Kanón que significa regla o catálogo. El canon es el criterio selectivo que usaron los copistas o traductores de la Biblia con el fin de que haya secuencialidad y unidad. Para esto hicieron uso de criterios ideológicos y técnicos.

Los primeros compiladores
Según la tradición judía fueron Esdras, Nehemías y la Gran sinagoga (S. V al IV a. de C.) quienes compilaron 22 rollos -o grupos de rollos- haciéndolos coincidir con las 22 letras del alfabeto hebreo. De esta manera se elaboró el primer canon conocido como palestinense o hebreo.

Canon hebreo. (Antiguo Testamento).
Veinticuatro libros (en Orden cronológico).
(criterio conservado hasta ahora entre los judíos).
Conformado por:
Ø Torah o la ley - Pentateuco (cinco libros).
Ø Nebiim -Profetas- Primeros y últimos profetas (ocho libros).
Ø Kutubiim - otros escritos (once libros).
Ø El canon palestinense terminó con 24 libros.

Canon griego. Llamado también alejandrino, se elaboró el año 280 a. de C. cuando sesenta eruditos griegos y judíos, que hablaban el griego y el hebreo, hicieron una nueva compilación de los libros bíblicos, reorde-nándolos y traduciéndolos al griego. Se con-sideró el criterio temático para su orga-nización y muchos nombres se helenizaron.

Conformado por:
Ø Ley (cinco libros).
Ø Libros históricos (quince libros).
Ø Libros proféticos (diecisiete libros).
Ø Libros didácticos o poéticos (nueve libros).
Ø En total son 46 libros, los mismos que pasaron a formar el Antiguo Testamento.

Canon latino o católico. Se estableció el año 1546 d. de C. en el Concilio de Trento, el mismo que aprobó las propuestas del Concilio de Cartago (397 d. de C.). La Biblia Católica contiene además de los 46 libros del Antiguo Testamento (Viejo Pacto) los 27 del Nuevo Testamento (Nuevo Pacto). Sumando un total de 73 libros. Los 46 primeros libros están ordenados conforme al canon alejandrino.
Ø Nuevo Testamento:
q Libros históricos (cinco libros).
q Libros doctrinales (veintiún libros)
q Libro profético. El Apocalipsis, escrito por el apóstol Juan cuando se encon-traba preso en la isla de Patmos.

Canon protestante. Contienen solamente los libros protocanónicos (compilación más antigua de la Biblia) del antiguo testamento (39 en total). En cuanto al Nuevo Testamento, algunos admiten todos los libros del canon católico mientras que otros excluyen la Epístola a los Hebreos, la de Santiago, la de Judas y el Apocalipsis.
A través de la historia se han elaborado muchísimos cánones quedando fundamental-mente los ya mencionados, sin embrago (para un mayor esclarecimiento) es necesario, hacer una distinción entre los libros protocanónicos, deuterocanónicos, apócrifos y perdidos.
Libros Protocanónicos. Suman un total de 39 y son aquellos que fueron incluidos en el canon palestinense. Están presentes en todas las versiones y traducciones de la Biblia.
Libros Deuterocanónicos. Son aquellos que fueron incluidos en fechas posteriores al canon palestinense y suman un total de siete libros. Las sectas protestantes llaman indebidamente a estos libros “apócrifos”.
Libros Apócrifos. Son aquellos que gozaron en algún tiempo de cierta autoridad y estimación, pero no figuran en ningún canon. La denominación apócrifo proviene del griego apókryphos, que significa oculto, escondido y nos sugiere una idea de misterio, como realmente sucede, pues durante siglos y siglos fueron, y son censurados por la intransigencia religiosa que no permitió su difusión -salvo para grupos especializados y con restricciones. Razón por lo que son en gran parte descono-cidos.
El estudio de estos libros es muy importante, no sólo para el estudio de las artes y la literatura; sino también para la historia del pensamiento universal, por lo que se hace necesario su divulgación merced a los despechos de la intransigencia religiosa.
Libros perdidos. Son aquellos que en su tiempo gozaron de gran prestigio; pero con el paso de los siglos se han perdido en su totalidad, hasta el punto que solo se tienen conocimiento de ellos por citas o referencias contenidas en los libros bíblicos. Podemos mencionar los siguientes:
Ø Libro de Samuel el Vidente.
Ø Libro del Profeta Natán.
Ø Libro del Profeta Semeyas.
Ø Crónica de los reyes de Israel.
Ø Libro de Jaser.
Ø Libro de Gat el Vidente.
Ø Libro de Ido el Vidente.
Ø Crónicas de los reyes de Judá.
Ø Libro de las Guerras de Yahvé.
Ø
La tradición bíblica del cristianismo, se apoya en la traducción de San Jerónimo, al latín, la llamada Vulgata, a la que se confirió valor canónimo. Recordemos la versión al griego denominada de los Setenta. Ambas traducciones se publicaron por Cisneros en la famosa Biblia Políglota de Alcalá. El grabado nos muestra a San Jerónimo, según cuadro de Georges Sauvage.
Lamentación sobre Josías.

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