jueves, 27 de agosto de 2009

Sirenita de espumas (11 al 20)


11
sirenita de espumas
hoy tu cuerpo temblorosa
mostraba la fragilidad de tu mirada
siempre mía desde antes
mi voz te envolvió en tus redes
12
las ondas que llegaron a mis oídos
fueron tan crueles que rompieron mis
tímpanos, era tan fuerte la resonancia
a pesar de los esfuerzos no los podía controlar

la brisa volvió a su lugar, las olas se aquietaron
13

princesa de aguas saladas
no sé cómo creer todo
no conservo la fibra preparada para demandarte nada
has herido en mi alma
en mi vanagloria y mi jactancia
muñeca de espuma
14
tu cuerpo invade mi alma y tu voz
refresca mi vehemencia
en mi boca el manantial del desierto
en mi boca escurre mi alma
despierta el otoño en primavera
como el rayo de laurel que navega en tus labios

la ambrosía azulina del eucalipto
15
hoy navegué, ahogándome en las cataratas de tu piel
16
puedo estar transitando recreando una noche de luna llena

caminando por la corriente hasta llegar a tu vientre
y navegar por la tierra hasta naufragar en una selva desconocida
17

sabes que tu voz alumbra mi horizonte
y mantiene la luz de mi voz encendido
ahora que la noche aún es más oscura
18
hermosa rosa, florece el numen poético
de mi alma enamorado y tu sonrisa inspira mis sílabas
19
golosina de dedoseres fuego que ahoga mi piel
20
tus labios son un festín que se lanzan a devorar mi alma

hoy tengo el corazón lleno de caricias
expresado en mis cejas embriagadas

1 comentario:

Unknown dijo...

No consigo sumergirme en tu aroma, tu fragancia de deseo mortal paraliza mi cuerpo, el sentir de tu aliento rozando, navegando, deslizándose a mí alrededor, dejan a todos mis sentidos sin vida. Como es que con solo contemplar tus ojos,- cuan perlas que siempre se buscaron y jamás se hallaron y que hoy “yo” contemplo- dejo de ver el todo para solo verte a ti sin parpadear, pero no puedo tenerlos, es la barrera de justicia bendita, que hace justa su obra, pues eres mujer santa y pura, de leyes, reglas, mandamientos iguales al mío, de carne perpetua a ser mi carne, de dueños que son mis dueños.

Como amarte y tocarte sin tenerte. ¡Dime como ago! Para alejarme de ti si aun estaré contigo hasta que vea la desaparición de nuestros dueños. Seguiré durmiendo, besando y compartiendo mis días contigo. Oh hermanita mía soy niño pero amo como anciano lujurioso.